El crecimiento demográfico a nivel mundial está alcanzando proporciones nunca antes vistas en la historia, las cifras ya rondan los 7,5 mil millones de personas, y se calcula que para el año 2050 la población global llegaría a unos 10 mil millones; los recursos con que cuenta el planeta comienzan a hacerse insuficientes para alimentar a una población tan grande, y esta crisis se agrava si tomamos en cuenta los efectos adversos del cambio climático sobre la capacidad productiva de vastas áreas del mundo. Gran problema.

Artículo en Pro-Etica VzlaDesde hace miles de años, los peces han formado parte importante de la dieta humana en muy variados lugares del mundo; sin embargo, la pesca excesiva, la contaminación ambiental y el cambio climático han causado estragos en la disponibilidad de este recurso, incluso otras especies que se sustentan básicamente de pescado, como las focas, los pingüinos africanos y los osos polares, han sido seriamente afectadas por la devastación de la vida marina causada por el hombre.

Ante tales circunstancias, numerosos investigadores han concentrado sus esfuerzos en la búsqueda de soluciones para garantizar la alimentación de millones de personas que sufren de malnutrición en África, Asia y Sudamérica; con este propósito se han estudiado diversas alternativas para aumentar la producción de alimentos, una de las cuales es la acuicultura o piscicultura, es decir, la cría de especies acuáticas en entornos de agua dulce o salada.

Obviamente, la cría artificial de peces no resuelve por sí sola el problema de la hambruna ni el de la crisis ecológica; de hecho, a menudo los métodos utilizados en el cultivo de pescado han sido contraproducentes para el ecosistema, a causa de la contaminación del agua con desechos de pescados y residuos de nutrientes, además del contagio de parásitos desde las especies cultivadas hacia las especies silvestres; no obstante, los expertos trabajan intensamente para evitar tales daños ecológicos, al mismo tiempo que continúan en la búsqueda de una respuesta al problema alimentario de la población humana.

En este contexto se ha dado a conocer un innovador estudio realizado por la zoóloga y acuicultora israelí Prof. Berta Levavi-Sivan, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien ha identificado dos proteínas secretadas por el cerebro denominadas neuroquininas, la neuroquinina B (NKB) y la neuroquinina F (NKF); las neuroquininas son cadenas de péptidos que poseen actividad neurológica, en este caso, las neuroquininas NKB y NKF cumplen una función clave en la reproducción de los peces en estanques.

Durante el curso de la investigación, los científicos desarrollaron nuevas moléculas capaces de neutralizar la acción de las neuroquininas NKB y NKF, interrumpiendo la reproducción de los peces, lo que generó un aumento en las tasas de crecimiento de los animales; al alimentar tilapias jóvenes durante dos meses con alimento al cual se le añadió un suplemento de inhibidores de neuroquinina, éstas ganaron un 25% de peso por encima de otros peces de la misma especie que no recibieron este suplemento.

Tilapia es el nombre común que comparten catorce especies de peces de origen africano que pertenecen a un género con el mismo nombre, y que a su vez forma parte de la familia de los Cíclidos; la tilapia utilizada en esta investigación es conocida como Amnum y se encuentra en el Mar de Galilea.

La innovadora tecnología acuícola desarrollada por la Prof. Levavi-Sivan y su grupo ha sido licenciada por Yissum, la compañía de Transferencia de Tecnología de la Universidad Hebrea, a “AquiNovo”, una startup que opera como parte del grupo de riesgo Trendlines Venture Group.

LQ

Innovadora tecnología acuícola israelí ayudaría a aliviar la hambruna en el mundo