El consumidor siempre aspira obtener lo mejor a la hora de escoger un producto o un servicio, y por lo general la calidad y el buen servicio van de la mano con la innovación; sin embargo, innovación y eficiencia en el uso de la tecnología sin responsabilidad o ética es algo que los consumidores no están dispuestos a aceptar.
Así lo refleja un estudio realizado por la agencia de relaciones públicas WE Communications y la empresa de investigación de mercados YouGov, que abarcó a los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia, China, Alemania, India, Singapur y Sudáfrica; según este estudio, en el cual participaron más de 25.000 consumidores y decisores del ámbito B2B, el 92% de los consumidores exige que las empresas productoras de los bienes y servicios que adquieren utilicen la tecnología y la innovación de acuerdo a estándares éticos mínimos e indispensables.
Asimismo, un porcentaje muy similar, el 94%, opina que si los empresarios y productores no pueden, o se niegan a aplicar estos estándares éticos, son los gobiernos los que deberían tomar cartas en el asunto.
El informe además suministra otros datos que deben ser seriamente tomados en cuenta por parte de las empresas, en particular aquellas cuya relación con la tecnología es más estrecha y casi de dependencia absoluta.
Según indican las cifras, el 84% de los consumidores desconfía de la seguridad con que las empresas hacen uso de sus datos personales; para el 64% la posibilidad de un mundo donde los vehículos de transporte sean totalmente autónomos convertiría a los peatones en víctimas, y al 54% le inquieta la posibilidad de que la automatización y la inteligencia artificial los desplacen de sus puestos de trabajo.
Como expresa Melissa Waggener Zorkin, CEO de WE Communications: “Estamos observando año tras año cambios absolutamente sísmicos en las actitudes del consumidor”. Además enfatiza que “los consumidores continúan teniendo expectativas muy altas en relación con el uso que hacen las empresas de las tecnologías innovadoras, pero la mayoría teme la forma potencialmente rompedora en que tales tecnologías podrían abrirse paso en sus vidas. Estos temores están contribuyendo a que los consumidores exijan a las empresas un mayor nivel de responsabilidad”,
Estos temores que albergan los consumidores en cuanto a las nuevas tecnologías son el motivo por el cual tienden a dejar a un lado las motivaciones emocionales y preferir principios más racionales, como la funcionalidad y la relación calidad-precio, a la hora de elegir un producto o un servicio. Esto, llevado a cifras, revela que los valores racionales se ha incrementado hasta un 16% en el último año, en tanto que los de naturaleza emocional sólo han alcanzado un 14%, lo cual constituye un indicativo indudable de que los consumidores no están dispuestos a dejarse llevar por promesas sino que, por el contario, exigen pruebas palpables de la calidad de los productos y eficiencia de los servicios que están obteniendo.
LQ