Nota especial en Pro-Etica.Org“El término ‘violencia contra la mujer’ se entiende como todo acto de violencia basado en el género que dé o pueda dar lugar a un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, incluyendo amenaza de dichos actos, coerción o privación arbitrarias de su libertad, ya sea en la vida privada o en la pública.” (Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, Asamblea General de las Naciones Unidas, 1993).

Conocidas como “Las Mariposas”, las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal eran tres jóvenes de entre 26 y 36 años de edad, hijas de una familia acomodada de la República Dominicana, universitarias, casadas y madres de cinco niños entre las tres, y para 1960 ya llevaban una década de activismo político y resistencia en contra del general Rafael Leónidas Trujillo, implacable dictador que desde hacía treinta años mantenía a su país sometido a una tiranía férrea, cruel y sangrienta.

Dos de ellas, Minerva y María Teresa, ya habían conocido la cárcel, pues el régimen las había apresado varias veces, y ellas estaban plenamente conscientes de que el dictador había decidido hacerlas desaparecer; en efecto, la noche del 25 de noviembre de 1960, el automóvil en el que las hermanas se trasladaban fue interceptado por la policía secreta trujillista y las tres mujeres fueron salvajemente torturadas y asesinadas a golpes junto a su chofer, Rufino de la Cruz; luego los cuatro cuerpos fueron lanzados a un barranco dentro del vehículo para simular un accidente automovilístico.

Cansado de las torturas, los asesinatos y las desapariciones de quienes se oponían a la tiranía, el país entero se horrorizó ante este crimen espantoso, el cual fue el punto de inflexión para la caída del dictador Trujillo, quien pocos meses después, el 30 de mayo de 1961, fue muerto a tiros en una carretera.

Las hermanas Mirabal, “Las Mariposas”, se convirtieron entonces en un símbolo de la República Dominicana; tímidamente al principio, luego con cada vez más energía, el país comenzó a rendirle honores a estas tres mártires de la libertad.

A partir de 1981, el aniversario de su muerte se ha tomado en Latinoamérica como la fecha conmemorativa de la lucha de la mujer contra la violencia; en ese año se celebró en Bogotá, Colombia, el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe. Más tarde, la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134 el 17 de diciembre de 1999 ratificó la fecha e instauró el 25 de noviembre de cada año como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

No obstante, la lucha está lejos de terminar; todos los días, en todo el mundo, en todas las sociedades y culturas de la humanidad, los derechos de las mujeres y las niñas son irrespetados de múltiples formas: privación del acceso a la educación, del derecho a un empleo bien remunerado, violencia doméstica, violencia de género, violencia económica, violencia sexual, tráfico de mujeres, explotación, mutilación, maltrato emocional, acoso psicológico, y no pocas veces, feminicidio.

Es por esto que la conmemoración de esta fecha, más que un recuerdo, es un llamado de alerta, una exigencia urgente, una solicitud dirigida a las autoridades, a los organismos nacionales e internacionales, a la sociedad civil, a toda la población, para que tomen conciencia de la grave situación por la que cada día atraviesan millones de niñas y mujeres en todo el planeta, para que se tomen de inmediato las medidas necesarias a fin de corregir estas injusticias, lo cual permitiría que todos los seres humanos, independientemente de su género, puedan desarrollarse plenamente como individuos en un mundo que garantice condiciones de igualdad, sin discriminaciones, amenazas ni miedo.

En tal sentido, en innumerables localidades alrededor del mundo, cada 25 de noviembre muchas organizaciones llevan a cabo diversas actividades, como marchas, encuentros, conferencias, conciertos, entre otras, cuyo principal mensaje es la necesidad vital de erradicar toda forma de violencia contra la mujer, así como ofrecer información a las mujeres acerca de sus derechos, cuáles situaciones son consideradas como violencia y, por tanto, no deben ser aceptadas ni toleradas bajo ninguna circunstancia, prestarles asistencia a quienes enfrentan este tipo de coyunturas, y ayudarlas a desarrollarse como individuos independientes.

LB

Tomado de Torres Picon Foundation

El legado de Las Mariposas, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer